Significado del velo según el Corán
La mujer, según el Corán debe llevar el velo como protección, no como signo de sometimiento, ni para mostrar la autoridad del hombre, según dicen los preceptos Bíblicos.
El Corán expone, que el hombre, es fácil que caiga en alguna de las tentaciones de la vida y el Profeta Muhammad nos dijo en este Hadiz (narración) que:
El ser humano es débil en su naturaleza, y muy fácil que caiga en las tentaciones que se le pueden presentar de todos los tipos, en este caso, la tentación puede ser visual, o de comportamiento, el Profeta Muhammad (s.a.s) habla de ello en este Hadiz:
El Profeta Muhammad (s.a.s) dijo: "Dios ha escrito una porción de Zina (fornicación o adulterio) que todo hombre cometerá inevitablemente. El Zina de los ojos es mirar (a las mujeres), el Zina de la lengua es hablar, el corazón anhela y desea, y luego las partes privadas lo confirman o lo niegan."
Esta tradición especifica que el hombre hará cierta cantidad de acciones inmorales, para evitarlo se deben tomar todas las medidas preventivas que se puedan, como lo explica la jurisprudencia islámica.
ESTRACTOS DEL CORÁN
Dios dice en el Sagrado Corán:
24: (30) DI a los creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad, esto conviene más a la pureza --[y,] ciertamente, Dios está bien informado de lo que hacen.
Veis como el Creador primero ordena al hombre, de bajar la mirada y de guardar su castidad, para no estar tanteando y fijándose en las hermanas, esposas, tías, cuñadas de los demás, observad el detalle, como el hombre, debe modificar su comportamiento como primera medida preventiva.
24:(31) Y di a las creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad, y no muestren de sus atractivos [en público] sino lo que de ellos sea aparente [con decencia]; así pues, que se cubran el escote con el velo. Y que no muestren [nada más de] sus atractivos a nadie salvo a sus maridos, sus padres, sus suegros, sus hijos, los hijos de sus maridos, sus hermanos, los hijos de sus hermanos, los hijos de sus hermanas, las mujeres de su casa, aquellas que sus diestras poseen, aquellos sirvientes varones que carecen de deseo sexual, o a los niños que no saben de la desnudez de las mujeres; y qué no hagan oscilar sus piernas [al caminar] a fin de atraer la atención sobre sus atractivos ocultos. Y [siempre], ¡Oh creyentes, volvéos a Dios --todos-- en arrepentimiento, para que alcancéis la felicidad!
Ilustración Sara Fernández
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